El Arzobispo Amigo Vallejo, y la Coronación
de la Virgen de la Esperanza
Me
tocó.
Y
por
toda
una
serie
de
razones
persona
les
que
no
vienen
a
cuento,
y
por
decisión
del
resto
de
la
Comisión
de
esta
Revista,
me
tocó
hacer
la
en
trevista
al
Sr.
Arzobispo
de
esta Ciudad.
Como
persona
disciplinada
que
soy,
cogí
el
caminito
andaluz
y
me
fui
para
Sevilla.
Un
compañero
que
iba
a
venir
conmigo
para
hacer
unas
fotografías
se
ha
bía
marchado
al
Rocío,
así
que
cargué
con
la
máquina
fotográfica
y
me
dije que mejor o peor, las haría yo.
Cuando
llegué
a
la
Plaza
de
la
Virgen
de
los
Reyes,
faltaban
pocos
minutos
para
la
hora
fijada,
por
lo
que
penetré
en
el
Palacio
Arzobispal
y
tras
pasar
el
primer
patio,
subí
por
la
espaciosa
escalera
de
mármol
rojo
alicante,
gastada
por
las
pisadas
y
por
el
tiempo,
que
me
llevó
a
la
planta
principal
desembocando
en
la
ga
lería
con
lateral
de
doble
arquería
y
de
allí
al
vestíbulo
que
sirve
de
antesala
al
despacho
que
ocupa
D.
Carlos
Amigo
Vallejo.
Me
recibe
cordialmente
su
secretario
D.
Antonio
Granados
y
tras
un
rato
de
espera,
rodeado
de
notables
pinturas,
sale
el
Arzobispo
que
me invita amablemente a pasar con él.
Comencé
por
exponerle
el
carácter
de
la
Revista
Triana
y
la
misión
que
se
tiene
impuesta, como también me autodefiní como católico. Pero le aclaré...
Sr.
Arzobispo,
yo
soy
Católico
Apostólico
Trianero,
porque
eso
de
romano
no
me
gusta,
ni
chispa.
Recuerde
Vd.,
que
aquellos
señores
Triana del Recuerdo