mejor, pero el tiempo y la agenda mandan...
Me
gustaría
seguir
conversando
con
el
Sr.
Arzo
bispo
por
lo
interesante
de
nuestra
charla,
pero
com
prendo
que
es
persona
muy
ocupada
y
por
ello
he
pre
cipitado
un
tanto
mi última pregunta:
Sr.
Arzobispo;
Triana
tiene
una
Parroquia
que
para
nosotros
es
la
Catedral
de
Triana,
un
Con
cejal
al
que
conocemos
por
el
Alcalde
de
Tria
na;
hay
también
una
emisora
de
radio
que
lle
va
su
nombre
y
pensamos
que
algún
día
ten
dremos
nuestra
propia
televisión
y
al
Cura
Pá
rroco
de
aquella
Parroquia le decimos el Obis
po de Triana
—¿Qué tal un obispo de Triana?
(Se ha sonreído ampliamente antes de contestar — ¡Estos trianeros...!)
Habrá que pensarlo. Si un día el aumento progresivo de su población lo requiere,
así se hará.
☆ ☆ ☆ ☆ ☆
Termina
la
conversación
no
sin
antes
haberle
manifestado
en
nombre
de
la
Revista
Triana,
presente
nuestros
respetos
al
Cardenal
Bueno
Monreal
e
insistirle
una
vez
más
sobre
su
asistencia
a
los
actos
de
la
Velá.
También
le
he
obsequiado
con
una
colección
completa
de
la
Revista
y
con
algunos
trabajos
realiza
dos
últimamente
sobre
el
Barrio.
El
a
su
vez
me
ha
re
galado
un
libro
suyo
y
me
siento
gratamente
sorpren
dido
por la dedicatoria:
«A Manuel Maclas Míguez
Católico, Apostólico y TRIANERO»
Veo
que
nos
hemos
entendido
perfectamente
y
cuan
do
bajo
la
escalera
voy
valorando
mi
encuentro
con
el
Arzobispo.
Me
ha
parecido
una
persona
ponderada,
re
-
flexiva
y
capaz,
de
las
que
saben
construir;
de
esas
personas
de
las
que
decimos
que
«tienen
los
pies
en
cima
de
la
tierra»
y
esto
es
hoy
en
día
muy
importante.
¡Qué
gran
Arzobispo
le
ha
tocado
a
Sevilla
y
pienso
en
la
Virgen
de
la
Esperanza
que
ha
hecho
posible
este
encuentro!
Cuando
salgo
a
la
calle
me
deslumbra
el
sol
y
casi
me
doy
de
Triana del Recuerdo