en
el
de
Álvarez
de
Benavides
(1868),
nombre
que
definitivamente
se
le
puso
en
1859
para
no
confundirla
con
la
otra
del
mismo
nombre
de
Sevilla.
Hacia
1869
se
rotuló
Bejar,
ignorándose
el
porqué
de
este
nombre,
para
acabar
finalmente
otra
vez
con
Evangelista
así permanece.
Tenía
esta
calle
en
su
primer
tramo
un
callejón
llamado
de
San
Miguel,
que
pudo
ser
en
lo
antiguo
calle
importante
(V.
calle
Galeta)
que
llegaba
por
lo
menos
hasta
el
callejón
de
Marianillo.
En
1706
se
conocía
este
callejón
por
la
callejuela
de
la
Rubia
(padrón
de
esta
fecha
y
anterio
res).
Hemos
indicado
que
esta
calle
no
estuvo
habitada
más
que
en
su
primer
tramo,
dado
que
el
resto,
aun
cuando
formaba
parte
del
camino
de
San
Juan,
estuvo
ocupada
por
huertas
y
tejares
hasta
principios
de
si
glo.
Es
hacia
esta
fecha
y
coincidente
con
el
auge
de
la
alfarería
cuando
empiezan
a
mecanizarse
los
tejares
en
la
amplia
zona
que
iba
desde
la
ca
lle
Febo
al
camino
de
los
Gordales.
De
antiguo
existían
allí
los
mantillos,
significándose
por
los
calificativos
de
"alto"
y
"bajo"
en
razón
de
sus
cotas
(V.
Mantillos),
que
eran
los
lugares
donde
se
elaboraban
y
secaban
al
aire
libre
las
piezas
cerámicas.
Con
el
maquinismo
los
tejares
se
indus
trializaron
y
desaparecieron
aquellos
hasta
terminar
en
fábricas
como
las
de
Jacinto
Flores
y
la
de
Mensaque
y
Cía.
que
tanto
prestigio
dieron
a
la
industria
alfarera
y
a
la
azulejería
del
Barrio.
Con
la
construcción
del
Barrio
Voluntad
y
el
Colegio
de
los
Salesianos
se
cubrió
su
final
hasta
la
radical
transformación
que
sufrió
en
los
últimos
tiempos.
Por
esta
calle
se
penetraba
y
se
penetra
al
campo
de
fútbol
de
los
salesianos
de
tan
gra
to
recuerdo
en
el
deporte
sevillano.
El
lugar
ocupado
por
este
colegio
era
una
antigua
huerta
llamada de San Joaquín (1910).
Discurre
desde
la
de
Pagés
del
Corro
hasta
la
de
Constancia
y
son
bo
cacalles
las
de
Febo,
Justino
Matute,
Juan
Cotarelo
(actual
Condes
de
Bustillo),
Lealtad,
Prosperidad
y
Voluntad.
Las longitudes de sus tra
mos son las siguientes:
Triana del Recuerdo