rápidamente.
«La
Giralda
tiene
que
empinarse
para
ver
a
Triana
y
a
los
trianeros.
Si
no
fuera
por
esta
causa
no
sería
quizás
tan
alta.
Yo
jamás
me
mo
veré
de
aquí.
Si
algún
día
me viera sometido
a
ese
trasplante
sería
mi
muerte.
Este
es
mi
suelo
y
a
los
que
me
hablan
mal
de
Triana
o
se
aver
güenzan
de
haber
vivido
aquí
o
critican
a
la
Her
mandad
no
los
puedo ni ver.»
Terminamos hablando de la Coronación, pero él no quiere tocar este tema.
«No
quiero
recordar
la
Coronación
¡ha
sido
para
mí
algo
tan
glorioso
que
no
puedo
ni
siquiera
hablar
de
ello;
se
me
hace
un
nudo
en
la
garganta
!
Fue
un
maravilloso suceso que pa
só por Triana y dejó su huella para siempre.
Cuando
dejo
a
Fernando
Morillo
en
su
humilde
ca
sita
blanca
y
tras
la
puerta
acristalada
pintada
de
ver
de
me
queda
el
sabor
de
una
conversación
donde
a
ve
ces
las
palabras
dejaron
de
ser
palabras,
para
elevar
se
al
cielo
en
un
maravilloso
canto
de
Triana y a su más fiel reflejo; la Virgen de la Esperanza.
Manuel Macías
Triana del Recuerdo