Asimismo,
se
hizo
creencia
que
la
Giralda
no
cayó
al
suelo
porque
la
sujetaron
las
Santas
Justa
y
Rufina
así
quedó
recordado
en
un
precioso
dibujo
grabado
en
el
medallón
opuesto
al
de
la
inscripción
anterior.
La
Parroquia
de
Santa
Ana
sufrió
gravísimos
daños
con
aquel
acontecimiento
y
su
interior
hubo
de
ser
total
mente
desalojado
para
proceder
a
las
reparaciones
per
-
tinentes
por
lo
que
la
Hermandad
se
vio
en
la
necesi
dad
de
trasladar
sus
Imágenes
a
título
provisional
al
Convento
de
los
Remedios,
pero
allí
se
llevaron
hasta
1766,
año
en
el
que
fueron
a
la
Capilla
de
la
Encarna
ción
y
finalmente
otra
vez
al
Espíritu
Santo
donde
per
manecieron
hasta
la
extinción
de
aquel.
Este
singular
convento
de
Triana
pertenecía
a
la
«Orden
del
Sancti
Spiritus»
de
sacerdotes
seglares
bajo
las
reglas
de
San
Agustín
y
aunque
su
fundación
parece
que
era
muy
an
tigua
se
empieza
a
citar
en
1565
y
se
dice
existente
en
1545.
Su
instituto
era
la
hospitalidad
para
enfer
mos,
como
también
recoger
y
educar
niños
expósitos
procedentes
de
incierta
estirpe.
Estuvo
situado
en
la
Calle
Betis
en
el
mismo
solar
que
hoy
ocupa
el
Colegio
de
Triana del Recuerdo