las
Hijas
de
Cristo
Rey,
aun
cuando
la
edificación
avanzaba
mucho
más
hacia
la
orilla
del
Río
teniendo
acceso
también
por
la
calle
Pureza.
Hasta
su
ruina
que
pudo
contemplar
todavía
Félix
González
de
León
su
Igle
sia
fue
el
refugio
y
amparo
de
Hermandades
y
Cofra
días
carentes
de
lugar
para
establecerse.
Los
continuados
cambios
de
establecimientos
que
se
han
señalado
y
que
tuvo
que
sufrir
repetidamente
la
Hermandad
del
Santísimo
Cristo
de
las
Tres
Caídas
y
María
Santísima
de
la
Esperanza
y
San
Juan
Evan
gelista
habían
llevado
a
sus
Hermanos
a
pensar
en
bus
car
un
lugar
fijo
y
estable
que
acabara
de
una
vez
para
siempre
con
aquella
situación,
y
habiendo
tomado
a
tri
buto
dos
casas
situadas
en
la
calle
Larga
comenzaron
a
labrar
una
Capilla.
Para
ello
tuvieron
que
hipotecar
a
favor
de
una
Capellanía
que
había
fundado
en
la
Iglesia
de
Santa
Ana,
Sebastián
Bernal,
y
a
la
que
habían
per
tenecido
anteriormente
las
dos
casas
estas
y
más
de
dos
mil
onzas
de
plata
que
en
aquellos
momentos
po
seía
la
Hermandad
realizándose
todos
los
trámites
por
Escritura
que
pasó
ante Luis Palacios escribano públi
co de Sevilla, el 30 de diciembre de 1758.
La
obra
tardó
años
en
realizarse
debido
a
la
penu
ria
que
a
continuación
sufrió
la
Hermandad,
pero
por
fin
con
grandes
esfuerzos
sus
Hermanos
vieron
rema
tada
la
obra
que
se
inauguró
en
el
año
de
1815.
Allí
se
colocaron
decentes
Retablos
para
sus
Imágenes
y
so
bre
todo
para
la
del
Santísimo
Cristo
de
las
Tres
Caí
das,
a
las
que
toda
Triana acudía a diario a rendirle culto.
Parecía
ya
que
la
Hermandad
había
superado
to
das
sus
desgracias
y
malos
momentos
pasados,
ha
biéndose
camino
y
una
cierta
época
de
esplendor
pe
ro
todo
aquello
apenas
duró
cincuenta
y
tres
años.
La
Institución
del
Gobierno
Provisional
Revolucionario
en
1868
trajo
por
consecuencia
la
exclaustración
de
los
Conventos
y
la
enajenación
de
los
bienes
eclesiásticos
y
a
renglón
seguido
los
de
las
Hermandades
y
Cofra
días.
El
17
de
octubre
de
aquel
año
Don
Carlos
Astolfi
que
se
dice
a
la
sazón
Presidente
de
aquella
Herman
dad
pide
al
Ayuntamiento
Provisional
Revolucionario
que
no
se
enajene
ni
derribe
la
Capilla
alegando
dere
chos
propios.
Aquella
petición
no
se
tuvo
en
cuenta
y
aunque
no
se
derribó
se
procedió
a
su
enajenación
viéndose
obligada
la
Hermandad
a
trasladar
sus
Imágenes
y
enseres
a
la
abandonada
Iglesia
del
Con
-
vento
de
San
Jacinto
que
al
poco
tiempo
tuvo
que
ser
abierta
al
cuito
tras
la
petición
unánime de todo el barrio.
Triana del Recuerdo