propiedad
los
últimos
hermanos
de
esta
Cofradía
y
Universi
dad
que
quedaban
en
Triana.
Finalmente,
y
por
acuerdo
de
10
de
mayo
de
1918
se
le
puso
el
nombre
de
Luis
de
Cuadra
por
el
naviero
sevillano
que
tanto
contribuyó
al
desarrollo
del
comercio.
Es
lógico
que
no
apa
rezca
en
los
padrones
por
que
como
ya
se
ha
indicado,
en
sus
principios no fue una calle sino un paso propiedad del Convento.
Tiene
esta
calle
una
curiosa
historia.
En
1831
D.
Juan
Bautista
Conradi,
italiano
y
avecindado
en
Sevilla,
que
era
propietario
de
varias
fábri
cas
de
jabón
entre
ellas
la
almona
de
calle
Castilla,
concertó
con
la
Casa
de
niños
expósitos
la
compra
a
tributo
del
terreno
y
ruinas
de
su
perte
nencia
—
que
otro
día
fueron
Convento
del
Sancti
Spiriti,
al
sitio
de
la
orilla
del
río
del
Barrio
de
Triana—
cuyo
edificio
destruido
estaba
parti
do
por
la
mitad
y
atravesado
por
una
calleja
del
mismo
nombre,
sin
du
da
a
solicitud
de
la
antigua
Comunidad.
Con
motivo
de
esta
pretensión
se
incoó
un
expediente
en
el
Municipio
suscitándose
numerosas
protestas
del
vecindario.
En
el
informe
del
Arquitecto Melchor Cano se dice:
«La
calle
cuyo
terreno
solicita
comprar
D.
Juan
Bautista
Conradi
es
una
de
las
cinco
que
de
la
calle
Larga
de
Santa
Ana
se
comunica
con
la
orilla
del
río.
Tiene
treinta
y
dos
tercias
varas
de
larga,
tres
a
tres
y
media
varas
de
ancho
y
por
su
angostura
está
atajada
para
el
paso
de
carruajes.
En
sus
costados
no
hay
casas
sino
paredes
de
los
solares
pertenecientes
a
la
casa
de
ni
ños
expósitos
y
que
antes
fueron
del
Convento
del
Sancti
Spiri
ti.
Dista
esta
calle
de
las contiguas de 70 a 90 varas...»
En
otro
informe
del
mismo
señala
que
no
parece
haber
ningún
incon
veniente
para
enajenar
el
callejón
alegando
que
es
de
poco
uso
y
que
ade
más
había
que
empedrarlo.
El
Convento
tenía
puertas
tanto
a
la
calle
Larga
como
a
la
orilla
del
río.
A
la
vista
de
estos
informes
se
indicó
que
se
procediera
a
sacar
el
callejón
a
pública
subasta,
señalándose
para
ella
el
4
de
noviembre
de
1831.
La
subasta
no
se
verificó
por
haber
faltado
a
ella
el
pregonero
(?).
dejándose
para
el
siguiente
día
en
que
se
remató
a
favor
del mencionado comprador.
Sin
embargo,
no
era
este
el
parecer
del
vecindario
que
alegaba
que
era
la
única
calle
Triana del Recuerdo