Fernando Morillo y La Esperanza Trianera
Una
casita
blanca
ya
venerable
y
de
humilde
apa
riencia;
una
casa
vieja
muy
vieja,
tan
vieja
en
Triana
como
la
familia
Morillo.
Cinco,
seis,
siete...,
quién
sabe,
cuantas
generaciones
han
pasado
por
ella
y
en
la
me
moria
de
Fernando
Morillo
Lasso
se
pierden
los
recuer
dos.
El
nació
allí,
en
este
n.°
6
de
la
calle
Larga,
que
antaño
fue
el
10,
y
en
cuya
fachada
figura,
como
no,
un
azulejo
de
la
Virgen
de
la
Esperanza,
su
gran
amor
y
quizás
la
única
razón de su vida junto con Triana.
Yo
he
llegado
a
aquella
casa
para
hablar
de
la
Vir
gen
trianera
y
para
charlar
también
del
Barrio,
y
nues
tra
conversación
sale
fluida
y
sin
tropiezos,
de
forma
tan
natural
y
tan
sencilla,
como
suele
ocurrir
entre
dos
trianeros
de
corazón.
Ambos
sabemos
muy
bien
que
la
Esperanza
y
Triana
son
una
sola
cosa,
una
sola
idea
y
no
hace falta que establezcamos diferencias. Él me ha dicho:
La Virgen de la Esperanza es la condensación del trianerismo...
y
lo
he
entendido
perfectamente.
Otras
advocaciones,
tiene
Triana,
y
en
cada
una
de
ellas
el
trianero
ha
pues
to
una
parte
de
sí
mismo,
pero
en
esta,
concretamente,
en
Triana del Recuerdo