significativos
para
así
dar
idea
de
lo
que
fue
esta
inolvidable
e
increíble
orilla
del
río
de
Triana.
LA ORILLA DEL RIO, LA CALLE DEL REY
De
siempre
se
conoció
aquella
margen
por
la
orilla
del
rio,
pero
hubo
una
época
en
que
parti
cipó
de
un
nombre
insólito.
En
el
Padrón
de
Tria
na
de
1431,
primer
censo
oficial
que
conozco
de
nuestro
Barrio
-dado
que
el
anterior
de
1381
es
solo
un
padrón
de
alardes
en
el
que
solo
figuran
vecinos,
pero
no
calles-
aparece
un
nombre
iné
dito
para
la
orilla
del
rio,
el
de
Calle
del
Rey.
In
tentando
buscar
una
relación
entre
el
calificati
vo
real
y
la
margen
del
río
solo
se
me
viene
a
la
memoria
un
suceso
que
había
acaecido ante
riormente durante el reinado de Don Pedro I el Cruel.
En
el
año
de
1359
el
Rey
se
había
apropiado
-al
cobrar
las
tercias
reales-
de
una
parte,
de
los
diezmos
que
por
entonces
correspondían
a
la
Iglesia.
Esta,
a
quien
tal
hecho
no
le
había
senta
do
nada
bien
mandó
a
un
notario
eclesiástico
para
que
le
notificara
que
debía
restituir
a
aque
lla
las
cantidades
de
las
que
se
había
apropia
do.
El
notario
conociendo
el
mal
carácter
de
Don
Pedro
y
el
peligro
a
que
se
exponía
si
efectuaba
la
comunicación
delante
del
aquel,
utilizó
los
servicios
de
una
embarcación,
desde
la
cual,
y
aprovechando
la
ocasión
en
que
el
Rey
estaba
paseando
por
la
orilla
del
rio
de
Sevilla,
comen
zó
a
notificarle
en
voz
alta
las
peticiones
que
allí
le
llevaban.
Al
obtener
la
callada
por
respuesta
y
considerando
lo
seguro
de
su
posición,
comen
zó
a
lanzar
terribles
anatemas
contra
la
real
per
sona,
si
no
comparecía
ante
las
autoridades
eclesiásticas.
Ante
esto
montó
en
cólera
Don
Pedro
y
hostigando
al
caballo
que
montaba
se
lanzó
al
río
tras
el
barco
para
vengar
el
desacato
del
notario.
Este
pudo
escapar
gracias
a
la
lige
reza
de
la
embarcación,
y
al
número
de
remeros
que
llevaba,
pero
la
cabalgadura
perdió
pie,
siendo
arrastrado
ambos
por
la
fuerte
corriente
de
las
aguas. Gracias al caballo pudo llegar el Rey sano y salvo a la margen de Triana.
Allí fue recogido por los trianeros que no daban crédito a aquella visita inesperada
del
real
personaje.
El
hecho
acaecido
dentro
de
la
mentalidad
de
la
época
bien
pudo
significar aquel título para la calle.
Triana del Recuerdo