comenzó
a
deri
var
por
derroteros
de
abusos
y
escándalo
y
originó
el
que
en
1742
el
administrador
de
la
Diócesis
prohibiera
su
celebra
ción.
prohibición
que
fue
confirmada
por
un
Edicto
del
Asis
tente
de
la
Ciudad
el
24
de
Julio
de
aquel
año.
Esta
prohibi
ción
tuvo,
según
parece
bloqueado
el
festejo
hasta
1800
en
cuyo
siguiente
año
de
1801
se
vuelve
a
celebrar
otra
vez
y
a
partir
de
aquí
renace
con
gran
pujanza,
pero
habiendo
perdi
do ya en gran parte su carácter de fiesta familiar y de vecin
dad.
En
esta
época
se
iluminaba
el
Altozano,
la
calle
Betis
y
los
alrededores
de
Santa
Ana
con
candelas
de
aceite
en
va
sos
de
colores
y
los
espectáculos
que
se
daban
eran
amenizados
por
bandas
militares.
Era
ya
consecuente
con
su
celebración
la
tradicional
cucaña,
así
como
la
venta
de
avellanas
verdes,
sandias
y
la
presencia
de
las
buñoleras
gitanas.
En
1.822
y
siendo
Alcalde
primero
Constitucional
de
Se
villa
D.
Félix
María
Hidalgo
se
volvió
a
suspender
la
Velá
ale
gándose
los
repetidos
desordenes
que
en
ella
se
cometían y sobre todo la amenaza que suponía para la salud pública.
Reproduzco
el
Bando
que
con
tal
motivo
se
dio
en
24
de
Julio
de
dicho
año,
con
pena
de
procesamiento
para
todos
sus
contraventores.
Tenía
en
esta
ocasión,
un
punto
de
ra
zón
la
prohibición
en
lo
que
se
refiere
a
la
venta
de
confituras,
dulces,
camarones
y
pescado
salado,
en
una
época
de
vera
no
y
excesivo
calor
en
que
la
mayoría
de
los
productos
que
se
vendían
se
encontraban
en
malas
condiciones
y
con
la
amenaza
consiguiente
de
intoxicaciones
y
propagación
de
enfermedades
epidémicas.
Hacia
1.849
la
Velada
había
alcanzado
ya
gran
notorie
dad
y
me
encuentro
su
referencia en el “Madoz" de la si
guiente manera:
Velada de Sta. Ana.
‘'Muy
concurrida,
si
bien
no
con
la
libertad
de
galanteo
que
se
observa
en
las
de
S.
Juan
y
S.
Pedro.
Dura
las
ocho
noches
de
la
octava
que
en
la
parte
que
toma
nombre
se
ha
ce
a
la
Madre
de
Nuestra
Señora.
Atrae
mucha
concurrencia
por
la
hermosa
vista
que
presenta
el
puente
de
barcas
ilumi
nado
y
empavesado,
desde
el
Arenal
y
las
luces
y
los
innu
merables
puestos
de
fruta,
dulces,
Triana del Recuerdo