cohetería
y
artificieros
en
la
que
el
ingenio,
el
fuego,
la
luz,
el
color
y
la
poesía
pusieron
una
nota
agradable
en
el
vecindario
de
la
Ciudad.
Allí
quedaron,
cuando
se
trasladó
aquella
fabricación
los
coheteros,
superviviendo
durante
siglos
como
dignos
herederos
de
aquellos
viejos
polvoristas
y
molinos
gigantes,
contra
los
que,
a
semejanza
del
Quijote, arremetieron los trianeros.
Así
fue
y
esa
es
la
historia.
Que
sirva
esta
exposición
para
el
conocimiento
de
una
de
las
Industrias,
entre
otras
cien
de
este
barrio
in
dustrioso
y
trabajador,
y
también
para
el
conocimiento
de
Triana,
que
desgraciadamente
pierde
día
a
día
sus
raíces
y
su
historia. Que no ocurra sólo, como me contaba mi abuela de niño;
¡Dicen que hubo aquí en Triana, una vez, unos molinos de la pólvora……
EL AUTOR
Sevilla, 27 Marzo 1980
Triana del Recuerdo