que
se
ve
nían
realizando
para
la
implantación
del
ferrocarril
de
cuyo
puente
solo
se
habían
labrado
algunos
pila
res,
se
había
ejecutado
ya
el
terraplén
que
se
exten
día
desde
Camas
hasta
el
lugar
de
la
estación
de
Triana.
Este
terraplén
supuso
también
un
apreciable
freno
al
curso
de
las
aguas
dio
lugar
a
otro
remanso
que
revirtiendo
Dorel
extremo
este
derribó
a
su
paso
el
cementero
de
San
José
e
hizo
desaparecer
el
ca
-
mino
bajo
de
la
Cartuja.
Las
aguas
entraron
por
Chapina
uniéndose
a
las
que
llegaban
del
arrecife
y
las
dos
corrientes
unidas
se
dirigieron
por
la
Calle
Castilla
a
tal
velocidad
que
cortaban
como
cuchillos
los
enfoscados
de
las
casas
poniendo
en
grave
peli
gro
de
hundimiento
a
numerosas
viviendas.
La
fuer
te
corriente
impidió
que
se
pudiera
prestar
auxilio
a
los
vecinos
que
vieron
como
las
barcas
se
sentían
impotentes
para
remontarla.
A
pesar
de
las
airadas
protestas
de
los
trianeros
y
de
todos
los
informes
que
sobre
el
particular
se
hicieron
siguieron
las
van
dálicas
actuaciones
humanas
que
acabarían
final
mente
con
la
Madre
Vieja
de
Triana.
De
ella
y
hacia
1950
solo
quedaba
el
recuerdo
del
arroyo
que
soca
varon
las
aguas
en
el
que
me
bañaba
cuando
niño
y
donde
algunas
criaturas
perdieron
la
vida.
La
realiza
ción
de
las
cortas
del
río
por
la
Vega han acabado ya con todo recuerdo que de ella pudiera quedar.
LA CORTA DE TABLADA Y EL ANTIGUO CAUCE
De
las
cortas
del
Guadalquivir,
la
de
Tabla
da
fue
la
primera
que
afectó
a
Triana
de forma
radical
haciéndole
perder
uno
de
sus
límites
más
característicos
sin
proporcionarle
a
cambio ningún beneficio.
En
1859
el
ingeniero
Don
Canuto
Corroza
había
redactado
un
Proyecto
General
de
mejora
de
la
navegación
del
Guadalquivir
que
fue
apro
bado
por
R.O.
de
3
de
agosto
Triana del Recuerdo