la
callada
por
respuesta
y
considerando
lo
seguro
de
su
posición,
comenzó
a
lanzar
terribles
anatemas
contra
la
real
persona,
si
no
comparecía
ante
las
autoridades
eclesiásticas.
Ante
esto,
montó
en
cólera
D.
Pedro
y
hostigando
al
caballo
que
montaba
se
lanzó
al
río
tras
el
barco
para
vengar
el
desacato
del
notario.
Este
pudo
escapar
gracias
a
la
ligereza
de
la
embarcación
y
al
número
de
remeros
que
lleva
ba,
pero
la
cabalgadura
perdió
pie,
siendo
arrastrados
ambos
por
la
fuerte
corriente
de
las
aguas. Gracias al caballo pudo llegar el Rey sano y salvo a la margen de Triana.»
Pudo
muy
bien
ser
este
suceso
el
que
dio
lugar
a
que
aquella
orilla
del
río
fuese
conocida con tal calificativo.
Ya
en
los
padrones
de
1533
y
1665
aparece
como
Vera
del
Río
y
en
los
de
1691,
1702,
1705,
1706,
1794
y
1821
como
Orilla
del
Río
y
en
el
de
1821
Acera
del
Río.
Así
hasta
el
Cabildo
Municipal
de
8
de
Julio
de
1859
en
que
se
le
puso
Betis,
nombre que tuvo el río en época romana, con el que permanece hasta nuestros días.
En
los
planos
de
Olavides
(1771)
y
de
López
de
Lerena
(1788)
no
apa
rece
rotulada,
y
es
en
el
de
Sartorius
(1848),
donde
ya
se
señala
como
Orilla
del
Río,
hasta
el
de
Álvarez de Benavides (1868) en el que se rotula con el nombre de
Betis.
En
sus
comienzos
es
una
senda
difícil,
por
las
irregularidades
y
fuertes
pendientes
de
su
orilla,
que
va
del
Altozano
hasta
los
terrenos
que
luego
ocuparía
la
huerta
de
Los
Remedios.
A
lo
largo
de
su
desarrollo
se
seña
lan
lugares
característicos
que
condicionarán
su
formación
como
los
puer
tos
de
Camaroneros,
de
las
Mulas
y
el
de
las
Muelas
conocidos
documen
talmente
por
lo
menos
desde
el
siglo
XV.
Hacia
mediados
del
XVI
se
estableció
hacia
su
mitad
la
Cofradía
de
los
Mareantes
con
su
famosa
Universidad
y
Hospital,
y
también
cercano
a
ella
el
convento
de
Sancti
Spiriti
dedicado
a
la
hospitalidad
de
enfermos
y
a
recoger
y
educar
niños
expósitos.
Cercano
al
Puerto
de
las
Muelas
y
en
terrenos
de
Las
Bandu
rrias
(V.
este
lugar)
se
situaron
los
molinos
y
almacenes de la pólvora que en la explosión de 1613 asolaron la zona.
La
calle
alcanzó
su
cénit
durante
el
comercio
con
las
Indias
que
la
con
virtió
en
la
más
importante del arrabal, y donde abundaron los edificios
notables,
las
hospederías,
casas
de
baño,
lugares
de
divertimiento...
etc.
y
donde
se
acogían
a
los
componentes
de
las
flotas,
todo
ello
con
inde
pendencia
de
su
gran
actividad
industrial
y
comercial
concentrada
más
en
la
zona
de
los
puertos.
La
pérdida
Triana del Recuerdo