La Plaza de Abastos de Triana
Apenas
se
cruza
el
puente
de
Triana,
y
tras
murmurar
una
oración
a
la
Virgen
del
Carmen
al
paso
por
la
Capillita,
se
nos
presentan
las
escaleri
llas
por
las
que
se
baja
a
la
Plaza
del
Barrio.
Y
de
cimos
"La
Plaza"
porque
así
durante
toda
su
vida
han
calificado
los
trianeros
a
su
único
mercado
sin
que
nunca
apareciera
la
duda
o
la
confusión.
La
primera
visión
que
de
ella
se
tiene
es
la
de
sus
tejados
de
zinc
poblados
por
los
gatos,
ya
que
la
construcción
de
la
rampa
del
puente
dejó
hundido
su
solar
para
siempre.
Es
un
mercado
sencillo
y
hu
milde;
podríamos
decir
que,
a
la
escala
de
la
Triana
Vieja,
pero
amable
y
acogedor
donde
parroquia
nos
y
vendedores
se
conocen
y
fraternizan.
Quizás
por
ello
este
mercado
tiene
un
aire
distinto
de
los
demás,
y
cuando
se
penetra
allí
se
tiene
la
sensa
ción
de
volver
al
pasado,
de
ese
pasado
para
el
que
fue
Triana del Recuerdo