para
con
tar
los
más
resaltados
relieves
de
su
vida.
A
po
co
más
de
breves
renglones
iremos
palpando
su
muerte,
si
es
que
la
“eficacia
temporera”
no
to
ma
esta
vez
en
cuenta
las
continuas
opiniones
populares
que,
diariamente,
salen
a
la
luz
en
pe
riódicos
y
conferencias,
con
el
sólo
objeto
de
ver
de
nuevo
las
aguas
del
río
corriendo
bajo
sus
puentes.
Ironizando
un
poco,
en
las
clases
de
geo
grafía
habría
que
enmendar
las
respuestas
so
bre
el
recorrido
hidrográfico
del
Guadalquivir,
convirtiéndolas
así:
Nace
Triana del Recuerdo