hermanas,
balancearan
la
precisión
gris
de
sus
siluetas
armadas,
en
una
de
mostración
de
paz
y
continuidad
históricas.
Jun
to
al
pasado
Puente
de
Triana,
el
“Hernán
Cor
tés”,
solitario,
anclado
en
medio
del
que
fue
el
río
más
grande
de
la
historia
esperaba
el
solem
ne
momento
de
su
abanderamiento
y,
aguas
abajo,
proa
hacia
el
Atlántico:
destructores,
ca
ñoneros,
lanchas
torpederas,
fragatas
y
subma
rinos
de
España,
Argentina,
Perú,
Brasil,
Colom
bia,
etc.,
bajo
el
almirantazgo
de
la
Torre
del
Oro,
florecida
en
sus
almenas
por
las
insignias
de
los
barcos
surtos
en
el
puerto.
Se
trataba
de
conmemorar
el
Vil
Centenario
de
la
Marina
de
Castilla
y
su
primer
hecho
de
armas,
aquel
que
tuvo
por
escenario
las
aguas
del
Betis,
ante
la
presencia
alta
y
callada
de
la
ciudad.
Ayer
fue
ron
doce
navíos
los
que
remontaron
el
curso
del
río
bajo
el
signo
de
la
guerra;
hoy
han
sido
una
treintena
los
que
en
la
“Fiesta
del
Retorno”
han
venido
a
rendir
un
homenaje
a
aquellos
que
fue
ron
los
primeros
en
hacer
del
mar
un
camino
de
civilización cristiana.
Ya
vemos,
aunque
en
calidad
de
boceto
rá
pido,
el
papel
que
desempeñó
nuestro
río
en
la
historia
universal.
Pena
de
un
río
que
hizo
gloria
para
morir
en
miserias,
sin
que
nadie
se
preocu
pe
de
él
a
no
ser
los
geógrafos,
por
justificar
al
guna
cosa
en
la
parte física de España que co
rresponde a Sevilla.
Todas
estas
alabanzas
de
tiempos
anterio
res
por
las
plumas
más
reconocidas,
llegan
hoy
en
pleno
siglo
XX
a
la
más
penosa
de
las
contra
dicciones.
Por
estas
circunstancias,
nos
encon
tramos
en
un
trance
difícil.
No
sabemos
si
echar
un
borrón
a
las
vivencias
afirmativas
de
los
inge
nios
citados
o
darle
una
solución
material
al
problema
que
nos
aqueja,
abriéndole
una
puertecita
-reclamada
a
voces
por
todos-
a
ese
horri
ble
paredón
de
la
Corta
de
Chapina
que
pone
punto
y
aparte
a
la
corriente
del
Betis.
Todo
cuanto
de
bello
se
ha
dicho,
dicho
sea,
pero
queremos
que
el
río
sea
monumento
nacio
nal
que
en
nada
pueda
contradecir
sus
múlti
ples
hazañas
mareantes
y
conquistadoras
y,
al
mismo
tiempo,
las
páginas
de
noble
grandeza
en
la
literatura
Triana del Recuerdo